Para el cumpleaños de mi hermana quería la tarta más especial que se pudiese imaginar. Un mes antes de realizarla, ya me esprimia el coco pensando que podía hacer. Ella no tiene ninguna afición especialmente definida, pero sí que le gustan mucho los caballos. En un principio, pensé en modelar caballos, pero claro, para ello tenia que añadir un paisaje y no quería que nada hiciera sombra al tema principal de la tarta. Tras mucho divagar, lo decidí, iba a hacer una cabeza de caballo.
Pero claro, ahora había otro problema, no tenía ningún molde de bizcocho para hacerlo. De nuevo, me tocaba pensar. Hice dos bizcochos rectangulares y me puse a hacer un corte por aquí y otro por allá. Cuando me encontraba en esta faena llegó mi madre, jijijiji, tan pesimista como siempre: "eso no tiene forma de caballo, eh".
El bizcocho era de brownie, bañado con almibar de canela y relleno de ganché de chocolate.
Estoy muy contenta con el resultado y a la destinataria le encantó.
no hay ningun comentario jijiji
ResponderEliminarQUE BIEN... AMI NO ME SALDRIA ...Y ESO Q ESTOY EN LA MISMA POSICION Q VOS EN LA BUSQUEDA DE UN MOLDE DE CABALLO PARA MI SOBRINA Q AMA LOS CABALLOS
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