Estando yo un día en Jerez de compras (como de costumbre, jijiji), me llamó Carmen, para encargarme una tartita para el cumpeaños de su hija, Isolina, la cual cumplia 11 años.
La joven es amante de los caballos y había visto la tarta de cabeza de caballo que tengo colgada, pero no querían eso exactamente.
Le envié algunas ideas, pero no eran lo que buscaban, les parecían demasiado infantiles. Al final decidieron que yo plasmara una foto de Isolina con el caballo que ella normalmente monta.
No voy a publicar la foto de Isolina para respetar la privacidad de los clientes, pero os puedo garantizar que el parecido con la realidad era sorprendente.
De los sabores no os puedo hablar, porque hace tanto tiempo que la tenía para colgarla, que ya se me ha olvidado de qué estaba hecha. Os pido disculpas, pero por más que lo intento, no consigo recordar. Sí os puedo decir que era de chocolate.
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