Bien, pues mucho más tarde de lo que yo esperaba y hubiese querído, pero aquí está la segunda tarta que le hice a mi hija. La temática, por supuesto, la eligió ella, y esta ocasión se decantó por Campanilla. Aunque claro, una masa de modelar en mis manos, podían dar como resultado cualquier cosa, menos a Campanilla, jijijijijiji. Menos mal que ella lo que cumplía eran cuatro años y no entiende si está bien o mal, sólo sabía que a ella le encantaba.
Mi idea inicial, al ella decirme que quería una tarta de Campanilla, fue hacerle una técnica de puzzle, pero entonces me dijo que lo que quería era una muñeca que fuera para ella, para comersela, así que me ví obligada a ningunear al pobre personaje Disney. Y claro, después venía la gran duda: ¿y como la decoro?, pues con flores, si es una hada. No imagináis la pechá de cortar flores que se pegó mi pobre madre, jijijijiji.
Una vista aérea muy bonita, ya que con tantas flores de tantos colores, quedó muy llamativa.
Del moño no os podéis quejar, eh, jijijiji. En esta foto se ve incluso hasta el piquito de la oreja de hada.
Respecto al sabor, red velvet, con nutella casera y almíbar de canela. Me encanta este pájaro, pertenece a mi nueva colección de sellos, los que me ha traído mi madre.
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