Esta tarta me la encargó mi amiga y compañera de Tai-Chi, Pepi, para regalársela a su hijo por su cumpleaños, el cual, a su vez, es nuestro monitor de Tai-Chi, Paco.
No me dijo qué era lo que quería que le hiciera, sino que yo sabía lo que podía gustarle y lo dejaba en mis manos. Una situación complicada, de la que intenté salir lo mejor posible. Las letras eran pintadas con brocha y tinte, no sabía que era tan complicado escribir en chino, jijijiji.
Espero que le gustara, ya que no pude estar en la celebración. El símbolo del Ying Yang lo hizo mi madre, jijijiji, está hecha ya una profesional. Hace tanto tiempo que la hice, que los sabores ya no puedo recordarlos, rabitos de pasa, voy a tener que tomar.