Vaya, esta es ya la segunda tarta que hago este año para mujeres que cumplen 30, ¿será la mia la tercera?, porque en septiembre también cambio yo de dígito. En este caso, la destinataria era una amante del mundo de las hadas y los gatos.
Mi compañera Mila, me dijo que quería una tarta para el cumpleaños de su cuñada, y que a ésta le gustaban las hadas y los gatos, que el resto lo dejaba a mi imaginación.
Ni siquiera me dijo qué sabor quería, pero como yo sé que a ella le flipa el chocolate, y según me contó, su cuñada también es bastante golosa, pues estaba claro: tope chocolate.
En la foto no se aprecia bien, pero las alas están marcadas.
Y la vista aérea, por supuesto. El modelo del traje de la hadita es una réplica de uno que yo tengo, jijijiji.
Las enredaderas también fueron obra de mi madre, supongo que pensareis que cada vez trabajo menos en mis tartas, jijijijiji.
Me angustió mucho terminar esta tarta, pues la tenía que entregar a las 14:15 y yo me iba para Sevilla, de camino a Disney, a las 14:30. No os podéis imaginar lo que corrí, terminé la tarta horas antes de tener que irme y las maletas aún las tenía sin hacer, siempre me pasa igual, lo dejo todo para el final y así me va.
Me encanta la cara de este gato.
El gatito blanco lo hizo entero mi madre. Estoy pensando que no se si yo soy muy buena profesora o ella es una alumna aventajada.
Por cierto, Vane, cuéntame como se siente una con 30 años, porque yo tengo un trauma.
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