¡Que lindos estos gatitos! Aquí podéis observar parte de la tarta. Estos eran los muñecos que llevaba. Como os habréis fijado, son unos gatos vestidos de novios. La vista trasera me gusta mucho, y es que ese velo amantillado me flipaaa, jijijijijiji. Bueno y ¿qué me decís del rabo de él?, que contento está, jijijijiji.
Hoy vamos todo por partes, aquí os dejo otras vistas de la tarta.
Venga, ya vale, os enseño, por fin, la tarta al completo. Como siempre hago, os voy a contar la historia de esta tarta. Mi amiga y compañera, Carmen, se casa, como podéis ver en la fecha que aparece, el 19 de marzo, y esto unido a que estamos en el mes de San Valentín, decidí tener con ellos un detalle de pre-boda. Les hice esta tarta y allí que me colé para llevársela.
El motivo de que fueran gatos y no personas las que se casaran es porque mi Carmen es una amante de los animales, en general, pero de los gatos, en particular.
Es la primera vez que hacía nutella casera, pero tuvo una aceptación increíblemente grande. A Concha le puse un bocadillo con ella y me dijo: "mami, po si que está buena la nocilla esta que tú haces", jijijijiji. El corazón grande es de brownie de chocolate negro con almíbar de coñac y canela, relleno de nutella casera con una capa de crema de queso. Los corazones más pequeños son del famoso bizcocho de "terciopelo rojo", bañado con el mismo almíbar, pero rellenos sólo de crema de queso. En la siguiente tarta os contaré la historia de los corazones pequeños.
Espero que les gustara, lo hice con todo el cariño del mundo, por cierto, ¡QUE VIVAN LOS NOVIOS!.
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